domingo, 17 de mayo de 2009

Fidel Castro busca bronca con México.


A Fidel Castro Ruz hay que reconocerle varios méritos, sin lugar a duda. Como el hecho de contener las ansias imperialistas de los EEUU en América Latina, y el hecho de terminar con el gobierno antidemocrático de Fulgencio Batista con un movimiento revolucionario orquestado en México.

Pero hoy, a 50 años de la revolución, los cubanos no disfrutan de libertad plena, como el derecho a salir de la isla, el derecho a disentir, el derecho a entrar a ciertos lugares reservados sólo para el turismo internacional, hechos que han dividido a muchisímas familias, obligando a miles de cubanos a convertirse en una especie de judíos errantes por el mundo -si no regresas a tu patria entonces eres un desertor-. No tienen el derecho a utilizar internet, ni la telefonia celular. O si lo tienen es a un precio elevadísimo para el nivel de vida que hay en Cuba.
El costo de mantener viva la revolución ha sido altisímo para el pueblo cubano; no por ésto estoy a favor del bloqueo estadounidense a la isla, ni el movimiento de Mas Canosa -que es el otro lado de la moneda de las penurias que en Cuba se viven-, pues estoy seguro que sin el embargo económico de los EEUU, la historia de Cuba hoy sería otra, no la de una sociedad que ha tenido que pagar por los platos rotos.

¿Pero qué ha pasado ese tiempo con la relación Cuba-México? Una relación muy peculiar, pues mientras aquí el ejército por órdenes de gobierno y en franca complicidad con la CIA, masacraba a estudiantes y demás líderes de izquierda, Cuba no rompió relaciones con México.
Pareciera que hubiera un pacto de no intromisión por parte de ambos gobiernos, Fidel nunca criticó nuestra DICTADURA PERFECTA; la represión y corrupción de los 60, 70 y 80.
Mientras tanto, las relaciones entre las dos naciones marchaban muy bien, hasta que el PRI perdió el poder y llegó el bocazas de Vicente Fox, que acabó con una relación de décadas de respeto mutuo.
Algunos extrañan la era diplomática del PRI, una era que se caracterizaba por la no injerencia en asuntos particulares de otros paises con base en la Doctrina Estrada -con lo que estoy de acuerdo-, pero los gobiernos priístas lo hacían más con el afán de que no se metieran en nuestros asuntos, particularmente en el asunto de la democracia. Así que la relación con Cuba-México se basaba únicamente en mutuamente hacerse de la vista gorda.

¿Cómo Fidel mantenía relaciones con un país que persiguió y acorraló a los lideres de izquierda por tanto tiempo?, que los desapareció por pensar diferente, por pensar como él, por ilusionarse con una revolución como la que el encabezó.

¿Por qué Carlos Salinas se fue a refugiar a Cuba después de dejar un país en una terrible zozobra económica? ¿Por qué, cuando detiene a Carlos Ahumada le hace un intenso interrogatorio sobre asuntos de nuestro país y además lo graba, en vez de extraditarlo como las autoridades mexicanas lo solicitaban?

Pero, ¿qué se puede esperar de un gobernante que todo lo bueno que hizo en el pasado ha sido destruído por ese afán de perpetuarse en el poder?, que igual que todos los lideres que lo han hecho terminan convirtiendose en opresores, en dictadores, en líderes que se sienten el papá de la patria y que ésta no podría caminar sin su ayuda, impidiendo que madure como nación. Que en un acto de nepotismo, entrega el poder a su hermano cuando es él el que gobierna entre las sombras.

Y ahora nos dice Fidel que extraña al viejo régimen político mexicano. ¡Sí!, un gobierno que no lo criticaba por miedo a ser exhibido, ¿será por eso de que una dictadura sólo respeta a otra dictadura?

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